60 aniversario de la primera salida procesional de la Virgen de Gracia

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Revisando el archivo fotográfico de nuestra Hermandad me tropecé con esta fotografía de María Santísima de Gracia sobre su trono procesional. Esta imagen data del Martes Santo 16 de abril de 1957 y fue tomada en calle de la Victoria, a la altura de calle Picacho. Por tanto, están próximos a cumplirse 60 años de la primera salida procesional de María Santísima de Gracia una vez reorganizada la Hermandad en 1949.

Los más nostálgicos se aferrarán a la célebre frase del poeta Jorge Manrique de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, 60 años después, no podemos compartir esa afirmación, ya que la evolución, sobre todo estéticamente hablando, es patente en cada una de las cofradías de la Semana Santa malagueña. Atrás quedan los tiempos en los que hombres pagados del puerto con olor a aguardiente acarreaban moles que sin no pocas dificultades completaban sus recorridos.

En cuanto a la evolución del trono de María Santísima de Gracia y su forma de procesionar podemos apreciar en esta imagen varios elementos que llaman nuestre atención. El primero de ellos lo encontramos en la dimensión de los varales, de diferente tamaño cada uno de ellos. En concreto, los varales exteriores eran ligeramente más cortos para facilitar los giros en aquellas curvas en las que mayordomos y capataces tenían que valerse de su experiencia y buen hacer para poder superar el obstáculo.

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Exposición de las novedades de 1957.

Sin despegarnos del varal nos centramos en la vestimenta de los portadores: túnica, cuya tonalidad de morado difícilmente coincidía entre una y otra; y faraona, la prenda cofrade malagueña por antonomasia, la cual dejó de formar parte de la indumentaria de los portadores de nuestra Hermandad a partir de 1973, a raíz de la introducción de los jóvenes en los varales, vistiendo traje de chaqueta desde entonces hasta los primeros años de la década de los ochenta.

Otro de los elementos que llama la atención son los laterales del cajillo, cubierto por una tela, ya que en ese primer año no salió terminado el trono, al igual que el manto, el cual aparece en la fotografía liso casi en su totalidad. No sería hasta el Martes Santo de 1962 cuando se pudiese apreciar terminado el fantástico manto realizado por las monjas del convento de San Carlos.

En cuanto al manto no solo podemos destacar su bordado, sino también su colocación o “caída”. Al contrario que en la actualidad en el que el manto parte desde la cabeza de la Titular, por entonces se le colocaba a María Santísima de Gracia desde los hombros, dejándose al descubierto el pelo tallado de la Señora.

No menos singulares son las velas de la candelería en cuya terminación, en lugar de tener pabilos, contaban con pequeñas bombillas conectadas a baterías de camiones que se encontraban escondidas debajo de la mesa, con el consiguiente incremento de peso que eso suponía para el hombre de trono, lo que sumado a la ya de por si excesiva cantidad de peso de la madera del cajillo convertía los regresos de las hermandades hasta sus tinglados o iglesias  en difíciles caminos no exentos de dificultades como ya comentábamos al comienzo de este artículo.

Una primera salida procesional que contó con la participación de varios miembros de la Guardia Civil,  los cuales, uniformados, escoltaban el trono. Además, acompañó al trono una banda de música, una práctica aun no generalizada en dicha época debido a la escasez de bandas suficientes en la ciudad para poder prestar servicio a todas las cofradías, por lo que se refleja la importancia de esta primera salida procesional de María Santísima de Gracia, de la que se hicieron eco incluso periódicos de tirada nacional como La Vanguardia, la cual publicaba lo siguiente:

<< También ha sido procesionada por primera vez la imagen de María Santísima de Gracia, bella talla debida al sevillano Castillo Lastrucci, sobre magnífico trono de estilo barroco. La imagen lleva manto de terciopelo morado. >> (La Vanguardia, 17 de abril de 1957)

A lo largo de estos 60 años no solo se han producido cambios en el trono, sino también en la calle de la Victoria, corazón y epicentro del barrio del mismo nombre. Edificios ya desaparecidos, calle empedrada, majestuosas puertas y balconadas… Sin embargo, el fervor y sentimiento de los victorianos por María Santísima de Gracia no cambia, al contrario, va en aumento. Ya desde ese 16 de abril de 1957 se aprecia en la imagen la gran afluencia de público que presenció la procesión. Un hecho curioso del mismo son los innumerables niños que veían el transcurrir de la procesión sentados sobre los tubos de saneamiento (en la imagen se puede apreciar en la parte inferior derecha) que se encontraban en la calle debido a su inminente colocación en fechas posteriores.  Además, llama la atención la gran cantidad de personas que acompañaron a María Santísima de Gracia como promesas, situadas entre el trono y la banda. En definitiva, un barrio entero volcado con una Virgen que había llegado hace poco al barrio, en concreto en diciembre del año anterior cuando fue bendecida. Desde ese día comenzó un binomio inseparable, Virgen de Gracia y barrio de la Victoria, que este año cumplirá seis décadas.

A.L.M., 2017

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