Celebrado el triduo a María Santísima de Gracia

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Durante los días 25, 26 y 27 de septiembre se celebró en nuestra casa de hermandad el triduo en honor a María Santísima de Gracia, que lució excelsa ataviada con saya blanca bordada y el manto bordado de camarín gracias a las sabias manos de sus camareras e Israel Cornejo.

Dadas las limitaciones por el COVID-19 y la distancia que se debía mantener entre sillas (el aforo máximo se fijó en 75 personas), el equipo de albacería preparó un altar con unas dimensiones algo más reducido a lo habitual. En el centro se situó sobre peana dorada María Santísima de Gracia, en cuya escena la acompañaba un San Juan en actitud dialogante, apoyando delicadamente su mano sobre la toca de sobremanto. En los laterales se colocaron numerosos candelabros que servían para iluminar este elegante altar en el que también se situó a los pies de la Virgen un colorido friso de flores y dos querubines que soportaban en sus manos sendas azucenas, símbolo de la pureza. El exorno floral se concretó en cuatro ánforas -además del mencionado friso- con originales y variadas piñas.

El primer día, dedicado a los difuntos de la Cofradía, la misa fue oficiada por fray Antonio Elverfeldt Ulm, superior de la Orden Trinitaria de Málaga. El segundo día la estrecha vinculación existente con nuestra Orden fundadora también quedó patente, siendo el también trinitario fray Antonio Jiménez Fuentes quien celebró y predicó durante la jornada del sábado. La función principal, adelantada a las 11:00 horas, estuvo oficiada por el vicario parroquial de San Gabriel, Francisco Aurioles de Gorostiza. Durante el transcurso de la misma los componentes del submarino del trono de María Santísima de Gracia realizaron una ofrenda floral ante su Titular. Asimismo, se le impuso la medalla de la Hermandad y fue presentado ante la Virgen de Gracia un joven hermano de apenas dos meses y medio de edad.

Tras la función religiosa, se entregaron varias distinciones que este año tuvieron que aplazarse a esta fecha, debido a la suspensión el pasado mes de abril de la cena de Hermandad en la que habitualmente se entregan estas distinciones. La segunda edición de la “Vela de la Virgen” deparó en Adolfo López Jaramillo, albacea de cultos, capilla y obras sociales, y Daniel Gil, albacea general, por sus extensas trayectorias en la Hermandad y constancia en sus respectivas labores. Por su parte, Antonio Martínez y Alfonso García Guerrero recibieron sendos “Arco de campana”, en reconocimiento a sus casi dos décadas como capataz de Jesús del Rescate y mayordomo de trono de la Virgen de Gracia, respectivamente. Asimismo, se impuso el escudo de oro de la Hermandad a Álvaro López Martín, archivero-cronista, vinculado a la Hermandad desde su nacimiento y que, a pesar de su juventud, lleva varios años trabajando por nuestra Hermandad; y a Lidia Martínez Gómez, camarera desde 2014 y colaboradora en todo aquello que la Hermandad requiere.

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