La magia de ser del Rescate

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Martes Santo.

Algo en el ambiente indica que hoy es un día especial. Túnica, capirote, cíngulo, guantes… Todo listo. Tu responsabilidad te pide estar desde primera hora en la Hermandad. Pocos lugares en el mundo hay mejores en ese día para estar cerquita de los tuyos.  Ellos, los que hicieron que las horas invertidas en la Hermandad durante todo el año no fueran una obligación, sino una suerte.

Besos, abrazos, miradas de cierto nerviosismo. Ya estás en casa. Subes a saludar a la primera planta y, en el despacho del hermano mayor, se producen las últimas conversaciones, se reciben a medios de comunicación, previsión del tiempo –quién nos iba a decir que hubiera más factores de riesgo que nos impedirían salir-… Más hermanos por secretaría y un sin fin de túnicas ya colgadas de cualquier resquicio que les permita no coger ni una sola arruga.

«Pocos lugares en el mundo hay mejores en ese día para estar cerquita de los tuyos»

La mañana avanza entre una mezcla de sentimientos. Alegría por recibir a tantos hermanos y devotos que se acercan a contemplar a Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia en sus tronos procesionales y cierta preocupación por los últimos retoques.

Por suerte, hay personas y momento para todo. Unos, pendientes de la última revisión de los tronos procesionales. Otros, distribuyendo enseres en el patio del colegio Maristas y preparando nuestra Capilla. Trasiego de hermanos del Rescate por calle Agua engalanando los balcones gracias a la generosidad de los vecinos. Cómo son las cosas, que el día que Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia abandonan su calle, Agua es más de Rescate y Gracia que nunca.

13:30h. Se cierran las puertas de la casa de Hermandad y es momento de la mejor de las convivencias. Una última comida antes de nuestra salida procesional nos llena no solo de energía, sino de tranquilidad por saber que el trabajo en equipo supondrá la clave para un excepcional Martes Santo. El nerviosismo en las palabras de los que comparten por primera vez esta comida se une a la experiencia de los que llevan más de media vida disfrutando este momento. La magia de ser del Rescate.

«Cómo son las cosas, que el día que Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia abandonan su calle, Agua es más de Rescate y Gracia que nunca»

Después de unos minutos de descanso, el salón de tronos se convierte en el mejor lugar para reunirnos como comunidad cristiana. Las palabras de nuestro director espiritual sirven como reflexión, aliento y preparación para todo lo que está por venir. Una vez terminada la eucaristía, el hermano mayor recuerda la importancia de trabajar en equipo. Dos secciones, pero el mismo sentimiento Rescatero. Últimas miradas a Nuestros Titulares antes de que el devenir de gente no permita parar ni un segundo.

-¡Viva nuestro Padre Jesús del Rescate!

-¡Viva María Santísima de Gracia!

Una multitud de hermanos inunda de ilusiones la casa de hermandad en el día más señalado. La albacería en plena ebullición es el alma de todos los hermanos y el patio de Maristas se llena de vida a través de todos los jóvenes nazarenos que empiezan a conocer nuestras tradiciones.

“Que tengas una estupenda estación de penitencia”. Un último abrazo –de esos que ahora no nos podemos dar-.  antes de volver a tu lugar. Rostros cubiertos, toque de campana, varal al hombro. Distintos puestos pero todos con la responsabilidad que supone participar en nuestra estación de penitencia.

Hermano, ahora sí, ya es Martes Santo y llegó el momento tan ansiado. La Hermandad se vuelve cofradía en la calle. Quién nos iba a decir que la mayor suerte de acompañar a nuestros Sagrados Titulares era la libertad de poder hacerlo.

Volveremos a vestir nuestras túnicas. A ser los pies de Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia. A rezar bajo un capirote. A alumbrar su camino.

Y volverá un nuevo Martes Santo, donde esos abrazos que hoy añoramos de nuestros hermanos volverán a ser una realidad. Y, cuando regresemos, que sea porque lo hacemos todos juntos. Que no nos falte nadie.

Elena Recio Luque, nazarena del Rescate.

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