La Virgen de Gracia de luto

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Con la llegada de noviembre, es tradición vestir a la Virgen de luto. Durante el mes de los difuntos, las hermandades y cofradías visten a sus Dolorosas con ropajes de luto. Estos atuendos se caracterizan por la sencillez y sobriedad que otorgan los ropajes oscuros y negros, color que simboliza duelo, tristeza, penitencia, vigilia y soledad.

La Virgen se viste de riguroso luto en el mes de noviembre para recordar a los cristianos que es un mes en el que se debe tener muy presente en nuestro pensamiento a todas aquellas personas que nos dejaron y así adorar a sus benditas ánimas. Con este acto también las hermandades recuerdan a los hermanos que gozan de la presencia del Altísimo.

Como no puede ser de otra manera, desde el pasado 1 de noviembre la Virgen de Gracia está vestida de luto como corresponde a esta tradición.

Su origen

Esta tradición se inicia en Madrid en 1565, cuando María de la Cueva, condesa viuda de Ureña y camarera mayor de Isabel de Valois, dona uno de sus propios trajes de luto para vestir la imagen de la Soledad que labró Gaspar Becerra a instancias de la reina, siguiendo un lienzo francés en el que se representaba a la Virgen arrodillada frente a una cruz con sus manos entrelazadas. Tal fue el impacto de la nueva iconografía que se extendió a las Dolorosas de toda la península y los territorios conquistados por España, pudiéndose encontrar aún hoy una larga muestra de estas imágenes de la Virgen vestida como una viuda castellana noble de la corte de Felipe II.

J.M.L.J., 2017

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