Estas semanas se han cumplido 55 años de un acontecimiento que, por lo usual del mismo, merece la pena recordar. Con el propósito de promocionar la Semana Santa malagueña, en la década de los 50 y 60 del pasado siglo se convirtió en una práctica habitual por parte de la Agrupación de Cofradías la organización de numerosas exposiciones en ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza.
Sobre estas líneas, túnica de procesión de Jesús del Rescate en la Expotur de 1965. Foto: La Saeta, 1966.
No obstante, una de las exposiciones más recordadas será la de 1965. Aquel año, los cofrades malagueños cruzaron las fronteras para participar en la prestigiosa feria de turismo Expotur. Desde el 22 de noviembre al 14 de diciembre de 1965 se pudieron contemplar en el Palacio del Duomo de Milán (Italia) numerosos enseres e incluso tronos completos. En ella, la Hermandad del Rescate estuvo ampliamente representada, enviando para esta cita buena parte de lo mejor de su patrimonio. Entre los enseres expuestos se encontraban el manto procesional de María Santísima de Gracia, el guión corporativo, la Cruz-Guía, la túnica de Nuestro Padre Jesús del Rescate, dos faroles en metal repujado, un bastón plateado y dos escapularios de terciopelo bordados.
A los pies de la Cruz-Guía, escapulario de la sección de María Santísima de Gracia. Foto: La Saeta, 1966.
Esta exposición no estuvo exenta de polémica, al considerarse desde algunos sectores que sirvió más “a los intereses propagandísticos del Gobierno que a los propios de las cofradías malagueñas”, como se recoge en el libro conmemorativo del 75 aniversario de la Agrupación de Cofradías. Además, durante la celebración de la Expotur se produjeron de manera continuada incidentes en el exterior del Palacio del Duomo protagonizados por los exiliados españoles en Italia en protesta del régimen franquista. Esto suscitó una gran preocupación en el seno de la Agrupación de Cofradías, ya que los hermanos mayores temían por el buen estado y la seguridad del patrimonio prestado.
En cualquier caso, permitió difundir y propagar la Semana Santa de Málaga fuera del territorio nacional. Pese a que la valoración final no fue del todo satisfactoria, la revista La Saeta de 1966 pregonaba el éxito de la siguiente manera: “Esta acción fecunda […] caló en el ánimo de los millares de visitantes que durante cerca de un mes pudieron admirar nuestros enseres procesionales, constituye, a nuestro juicio, la más práctica difusión de lo que realmente representa y significa el auge grandioso de la Semana Santa malagueña”.
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Fotos: La Saeta, 1966.
