Traslado a la Casa Hermandad: viernes de emociones

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En el calendario de nuestras vidas como cofrades del Rescate, el penúltimo viernes de Cuaresma siempre está marcado a fuego. Y llegó ese viernes, cayó la tarde-noche y calle Victoria estaba llena de fieles a la altura del Faro de la Victoria. El Señor y su Madre iban a poner rumbo a su Casa Hermandad para bendecirnos con un nuevo Martes Santo.

Esta cita, que tiene ya su hueco en el corazón de los cofrades malagueños, está llena de recogimiento y fervor. Y así lo vivimos cuando Nuestro Padre Jesús del Rescate cruzó lentamente el dintel de su Capilla ante una multitud de miradas, mientras sonaban las dulces melodías de la Capilla Musical de Nuestra Señora de la Concepción. Las andas, en un gesto de unidad y hermandad, eran portadas por los Hermanos Mayores de las Cofradías del barrio de la Victoria: Humildad, Rocío, Monte Calvario, Amor y Victoria. Asimismo, nos acompañaba el M. I. Sr. D. Alejandro Escobar Morcillo, párroco del Santuario de la Victoria y pastor de nuestra feligresía. María Santísima de Gracia siguió a su Hijo unos instantes después, portada por hermanos de distintas edades y recorridos en nuestra Hermandad. Ambos iban ataviados de morado, el color del tiempo de la Cuaresma, y a sus pies tenían sendos centros de jacintos morados y blancos.

Abría el camino nuestra Cruz Guía, y lo alumbraban con decenas de velas los muchos hermanos y devotos que los acompañaban. Nuestros Sagrados Titulares avanzaron lentamente por calle Agua, y llegaron a su Casa Hermandad transcurridos unos 20 minutos. Allí, unidos, el padre Alejandro dirigió una oración y el acto concluyó. Una gran cantidad de fieles discurrió frente al Señor del Rescate y la Virgen de Gracia, buscando pasar unos instantes de cercanía con Ellos.

En el ambiente se sentía la inminencia del Martes Santo. Los corazones vibraron con la presencia del Señor y su Madre. Todos nos quedamos con ganas de un poquito más en este viernes mágico. Y ese poquito más ya está aquí.

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