Era viernes, primer día del mes de marzo. Era su día. El día de Medinaceli, el día de Jesús del Rescate. Y como manda la tradición las puertas de la Capilla de calle Agua estuvieron abiertas ininterrumpidamente desde las 8:00 hasta las 21:00 horas. El Señor del Rescate a los pies y su Madre, la Virgen de Gracia en la hornacina central de esta Capilla bicentenaria.
Durante toda la jornada del viernes cientos de devotos de diferentes zonas de la ciudad se han pasado por la Capilla para tener su momento de oración ante Jesús del Rescate y a depositar sus plegarias en forma de tres monedas. Jornada de sentimientos, de silencio, de recogimiento y de felicidad. Una felicidad que brillaba en los ojos de los devotos al mirar a los ojos de su Señor Rescatado.
Para esta ocasión, al igual que ocurrió el año pasado, Jesús del Rescate portaba una túnica de terciopelo morado lisa y un escapulario bordado del mismo color. Dicho escenario fue complementado con un elegante montaje basado en candelabros con cera blanca y variadas ánforas compuestos por delphinium, agapantus, eryngium, calas y statice realizados por La Victoria Arte Floral.
