La Hermandad del Rescate en el siglo XX (I)

En los primeros años del nuevo siglo continúan las dificultades del siglo anterior, una crisis económica generalizada, problemas sociales y políticos, y un persistente anticlericalismo propiciaban un ambiente enrarecido para el desarrollo de las procesiones; por este motivo, la mayoría de los cofradías no encontraba las condiciones idóneas y los medios económicos y los enseres adecuados para organizar sus procesiones, limitándose en la mayoría de los casos a celebrar sus cultos internos y a prestar atención a uno de sus principales fuentes de ingresos, los enterramientos. Tampoco favorecían las normas dictadas por el obispo Juan Muñoz Herrera en 1909, incidiendo en la limitación de la participación de la mujer en la vida de las hermandades y en las características de los cofrades para pertenecer a una hermandad y a su junta de gobierno, amen de permitir la intervención del obispado en aquellas hermandades que se desviasen del dictamen episcopal e impedir su salida procesional en caso de no cumplir con las normas.

En esta situación, las perspectivas para la Hermandad del Rescate no eran nada halagüeñas al inicio del siglo XX; quería pero no podía, lo intentaba una y otra vez pero… Habría que esperar tiempos mejores para encontrar la estabilidad interna y acometer sus actividades de forma más continuada.

La Hermandad del Rescate reaparece en la Iglesia de Santo Domingo.

Acta de junta de gobierno de 22 de julio de 1902 por la que se informa a los hermanos que la Hermandad ha quedado inscrita en el Gobierno Civil “con fecha quince del presente”.

Por motivos que desconocemos, en 1902 la Hermandad del Rescate cambia su sede canónica desde la iglesia de San Juan a la de Santo Domingo, aunque no consta que tuviese capilla propia. De este año conocemos la composición completa de su junta de gobierno el realizar la lectura del acta del cabildo extraordinario realizado con objeto de inscribir a la Hermandad en el registro gubernativo de Málaga. El acta está firmada por el secretario Luis Rodríguez y el hermano mayor Joaquín Fernández.

Mejores tiempos para las hermandades y cofradías parece que llegaron a partir de 1910. Durante estos años se inicia el aumento del tamaño de los tronos; aparece la figura del hombre de trono; se emplea la luz y el acetileno para el alumbrado de las imágenes; se incrementa el número de nazarenos en las procesiones y las cofradías comienzan a utilizar el capirote cónico de forma generalizada hacia 1895; se introducen más y mejores enseres y aparecen las presidencias civiles y militares; la incorporación de la alta burguesía local favorece la renovación patrimonial de los enseres cofrades; se realizan rifas, verbenas, fiestas y hasta corridas de toros como fuente de recursos extraordinarios; se reciben ayudas económicas por parte de la corporación municipal; calle Larios se incorpora al itinerario de todas las cofradías, entre otras cuestiones por el cambio de criterio de las mismas, pues donde antes buscaban calles estrechas ahora optan por calles más amplias… características que comienzan a apuntar y que llegarán como señas de identidad inseparables de las procesiones malagueñas hasta nuestros días.

Los años veinte. Su ingreso en la Agrupación de Cofradías

Sea la que fuere la causa del cambio de sede canónica, lo cierto es que la organización interna de la Hermandad del Rescate debería ser endeble y solo mantenía viva la llama cofrade en algunos de los hermanos que regían la Hermandad a finales del siglo XIX. Ejemplo de ello lo encontramos en Joaquín Fernández Soler, hermano mayor en 1894 y mayordomo de cabeza de procesión en 1924, y en apellidos como los Quesada, Rodríguez, Gómez, Rubio… hermanos del Rescate que se esforzaron lo indecible por mantener su fe y su espíritu vivo.

Al igual que sucedería con otras hermandades, seguramente aprovecharía el relanzamiento que experimentaron las procesiones en la década de los años veinte, siendo la creación de la Agrupación de Cofradías el 21 de enero de 1921 el primer gran paso para alcanzar lo que hoy en día son las cofradías y hermandades malagueñas. Fue en su seno donde la Hermandad del Rescate encontró cobijo, apoyo y hasta ayuda económica para sostener a duras penas sus salidas procesionales durante esta década. Es muy posible que el parentesco familiar de Juan Baena Gómez, hermano mayor del Rescate en esta reorganización, con Antonio Baena Gómez, primer presidente de la recién creada Agrupación de Cofradías, tuviera bastante que ver en este resurgir de la Hermandad trinitaria. No obstante, habrá que esperar un poco más, pues en los primeros años de la década de los veinte no salió en procesión; en 1921 no es nombrada la Hermandad del Rescate en las salidas procesionales de la Semana Santa de ese año. 

Reanudación del culto a Jesús del Rescate. La Unión Mercantil, 26 de enero de 1924.

El 24 de enero de 1924 aparece en La Unión Mercantil una escueta nota en la que se da cuenta de la reanudación del culto a Nuestro Padre Jesús del Rescate que dejó una década anterior. Sin duda alguna una gran noticia para la Hermandad del Rescate, que de nuevo aparece en la escena cofrade malagueña renaciendo de sus cenizas.

Solo mes después, concretamente el 27 de febrero de 1924, la Agrupación de Cofradías recibió un «oficio de la Hermandad del Rescate solicitando su ingreso en esta Agrupación acordándose la admisión. El Sr. Baena Gómez (Don Juan) da las gracias y ofrece su colaboración». La Hermandad del Rescate se integró en la tercera comisión, junto con Fusionadas, Misericordia y Amargura, para pedir donativos a comercios e industrias. 

Este gran acontecimiento incrementó las ilusiones y las ganas de los hermanos del Rescate para organizar un gran quinario a su Titular del 5 al 9 de marzo de 1924. En el periódico La Unión Mercantil se anunció que en la Iglesia Parroquial de Santo Domingo “continúa con gran solemnidad el devoto quinario que a Ntro. P. Jesús del Rescate, consagra su Hermandad. Los ejercicios darán comienzo a las siete de la tarde, con exposición de S.D.M. y los sermones estarán a cargo del señor Dr. don Santiago Estebanell y Suriñach, abogado Predicador de su Majestad y Capellán del Monasterio de Santa Clara, de esta ciudad” . En la función principal el templo se encontraba lleno de fieles y artísticamente adornado e iluminado. El Rvdo. P. Estebanell hizo un recorrido histórico de la Hermandad, dando a conocer fechas y curiosidades y de gran valor histórico para los asistentes, alentando a los hermanos a seguir la devoción, el fervor y el entusiasmo de sus antecesores.

En todas las notas periodísticas de este culto aparecía un aviso final dirigido a los antiguos devotos del Rescate: Los que deseen pertenecer a esta Hermandad, pueden inscribirse en la Secretaría de la Parroquia, en donde se le impondrá el Escapulario. La repercusión sería escasa como veremos a continuación.

Toda la ayuda que recibiera la Hermandad del Rescate para afrontar su salida procesional sería poca, pues sus recursos y organización eran precarios. Sin duda, esta ayuda la encontró en el seno de la Agrupación de Cofradías: «Hace uso de la palabra el Sr. Pérez Bryan y solicita se vea la manera de mejorar a la Hermandad de la Columna, bien por suscripción entre las Cofradías o de los fondos de la Agrupación, pide la palabra el Sr. Torres de Navarra (Expiración) y dice que en las mismas condiciones se encuentra la Hermandad de Nuestro P. J. del Rescate. Se acuerda que todas las Cofradías participen del fondo que hay producto de espectáculos«.

Jesús del Rescate en Santo Domingo, 1926.

La escasez de recursos económicos hizo que la Hermandad del Rescate realizase su salida procesional el Miércoles Santo 16 de abril de 1924 junto a la Cofradía de la Amargura. Los nazarenos vistieron túnica azul y capirote grana, y capa blanca para los cargos, es decir, los mismos colores de la Orden Trinitaria. La primitiva escultura del Cristo del Rescate «era una imagen de notable calidad artística, con un rostro bien conformado en sus rasgos anatómicos, presentando una serena expresión y actitud sumisa, con peluca natural y potencias metálicas, al mismo tiempo que aparecía con las manos atadas delante de la cintura, vistiendo túnica morada con elegantes diseños dorados en oro» [1]. Salió procesionado en un trono adornado con numerosas estrellas, por lo que el pueblo malagueño lo denominó «trono de las estrellas», ya utilizado a comienzos de siglo por la Virgen de la Esperanza. El trono era obra de los hermanos Casasola, pero que en su salida procesional se le cambiaron las estrellas de sus frentes por una simple ornamentación floral que cerraba en un óvalo central la cruz trinitaria. «Por lo demás conservaba la misma estructura, es decir, un cajillo rectangular de considerable altura, con una espléndida talla dorada en el cornisamiento y en el basamento, junto con voluminoso y artísticos roleos de esquinas… Completaba la pieza procesional los habituales candelabros de tulipas blancas». La figura del Señor del Rescate aparecía sola sobre un montículo de roca adornado con plantas tropicales (pitas).

El itinerario seguido fue Rampa del puente de Tetuán, Alameda (lateral derecho), Marqués de Larios, Plaza de la Constitución, Granada, Plaza de la Merced, Álamos, Torrijos, Pasillo Santa Isabel, Arriola, Atarazanas, Martínez, Alameda, Puente de Tetuán, Pasillo de Santo Domingo, a su templo. «Los cargos eran desempeñados por los señores siguientes: Mayordomo cabeza procesión don Enrique López Urbano, don Joaquín Carretero, don Julio Gámez Gómez y don Juan Requero. Mayordomos ambulantes de sección don José García, don Ángel Cerezo, don Manuel Díaz Ramos, don Luis Encina, don Rafael Millán y don Joaquín Martín. Mayordomo de trono don Gregorio Cruz Gómez y don Enrique González Díaz. Mayordomo Genera don Enrique Alcázar Casamayor. Campanillas don Antonio Cómitre; sección 1ª don Ángel Rodríguez; sección 2ª don Manuel Lozano; cabeza de procesión Pepito Baena Jiménez – hijo de Juan Baena-. La presidencia hallábase integrada por el Hermano Mayor don Juan Baena Gómez, el Reverendo P. Estebanell, el capitán de Borbón, don Federico del Alcázar y el de igual categoría de Álava don Francisco Corras» [La Unión Mercantil, 16 de abril de 1924].

En esta primera salida procesional se mantiene la tradición histórica de los orígenes de esta Hermandad, es decir, iconografía con las características propias del Cristo de Medinaceli o Rescatado -recordemos en este sentido el óleo de la catedral aludido anteriormente-, procesión de sólo el Cristo con las manos atadas adelante y los colores de las túnicas propios de la orden trinitaria, «azules con el capirote rojo«.

Después de la Semana Santa, el 23 de mayo, Juan Baena es felicitado por las gestiones realizadas al frente del servicio de sillas (comisión integrada también por Bayona, Benítez Ferrater, Torres de Navarra y Fernández de Córdoba) y se comunica que los delegados de la Hermandad del Rescate en la Agrupación de Cofradías serían los señores Figuerola y González, además del propio hermano mayor. 

En los primeros meses de 1925 ya era hermano mayor Gregorio Cruz Gómez, que junto con los hermanos González Díaz y Salcedo representan a la Hermandad en el seno agrupacional.

Primera imagen del Rescate en los años 20 de pasado siglo. El Cronista, 31 de marzo de 1926.

Aunque fueron muchos los esfuerzos económicos del año anterior, para la Cuaresma de este año se preparará un importante quinario en honor de Nuestro Padre Jesús del Rescate, del 11 al 15 de marzo, con predicación a cargo de Santiago Estebanell y Suriñach, predicador de su majestad y Capellán del Monasterio de Santa Clara. También se insiste en la idea de aumentar el número de hermanos, comunicando en la prensa que «los que deseen pertenecer a esta Hermandad pueden inscribirse en la Secretaría de la Parroquia, en donde se le impondrá el Escapulario» [La Unión Mercantil, 11 de marzo de 1925].

La novedad más importante para la procesión del Martes Santo 7 de abril de 1925 fue el alumbramiento del trono del Cristo al acoplarle nuevas tulipas. Los cien nazarenos que salieron en procesión lucían túnicas blancas y capirotes granas[2]. La Unión Mercantil escribió «que a las 8,30 de la noche saldrá de la parroquia de Sto. Domingo esta Cofradía, que llegará a la calle de Larios a las 10,30. Figurarán como mayordomos de cabeza de procesión, don Joaquín Carretero Gutiérrez, don Joaquín Fernández y don Manuel Salas. Mayordomo General, don Enrique Alcázar Casamayor. Mayordomo de trono, don Gregorio Cruz Gómez. Mayordomos ambulantes, don Manuel Escobar Trujillo, don Manuel Díaz Ramos, don José J. García Casero. Mayordomo de sección, don Jerónimo Jiménez Villanueva, don Francisco Arroyo Moreno, don Manuel Bernal, don Sebastián Ortiz Recio, don José Ron, don José Montenegro Vela. Campanillero de trono, don Joaquín Pérez Pérez. Campanillero cabeza de procesión, don Eduardo Sánchez Rueda. Campanillero de sección, don José Salcedo Gómez, don Miguel Leiva Díaz«.

Hay que significar que a partir de este año, la Hermandad del Rescate comienza a salir siempre el Martes Santo, salvo excepciones puntuales.

Al año siguiente, entre el 17 al 21 de febrero de 1926, se prepara solemne quinario en honor de Jesús del Rescate en la Parroquia de Santo Domingo [La Unión Mercantil y El Cronista, 18 de febrero de 1926].

Las innovaciones para el Martes Santo 30 de marzo de 1926 fueron numerosas, destacando la donación de un hermoso estandarte bordado en oro y barras de plata, dos dalmáticas bordadas también en oro, un juego de campanillas y cuatro arbotantes y nuevas iluminaciones para el trono del Cristo. 

Junta de gobierno. El Cronista, 30 de mayo de 1926.

Del trono fueron sustituidas las vistosas esquinas de ménsulas o roleos «por artísticas cartelas de elegantes tallas ubicadas en los centros de los frentes y en los ángulos del trono. En el interior de las cartelas se representaban medias figuras de personajes de la Pasión (Dolorosa, San Juan Evangelista, María Magdalena, San Pedro, etc.), apareciendo en la central el escudo de los dominicos –como alusión a su sede canónica-. El trono, por último, se adornaba con elegantes guirnaldas de flores, cuyas tallas curvadas recorrían la parte baja del ancho cornisamiento ofreciendo con ello un programa decorativo de evidente clasicismo. El montículo rocoso sobre el que figuraban la Imagen de Jesús del Rescate, se exorna con abundancia de flores naturales que daban una gran vistosidad a todo el conjunto procesional». Este trono fue prestado por la Hermandad del Rescate para que lo sacase el Resucitado ese mismo año[3].

El rostro de la imagen Titular fue retocado, según testimonios orales, por el escultor antequerano Francisco Palma García (1887-1938), consistente «en solucionar los problemas que habían ocasionado la aparición de extrañas grietas aparecidas en el cuello de la efigie, al mismo tiempo que aplicarle una nueva y mayor policromía a la escultura al estar la primera en mal estado de conservación» [4].

Su orden de procesión fue sección de la Guardia Civil, Guardia Municipal montada, banda de cornetas y tambores del Regimiento de Álava, cruz guía, guión, cabeza de procesión, noventa penitentes con túnicas azules y capirotes granas, trono, tambores y cornetas del Regimiento de Álava y presidencia; los cargos llevaban capa blanca con la cruz trinitaria [La Unión Mercantil, 29 de marzo de 1926].

En la presidencia participaron el concejal Julio Laiva, Joaquín Galvadre, en representación de S.E.; Antonio Márquez, por la Diputación; Agustín Ledesma, por la Cruz Roja; y José Bueno.

El relato del Diario de Málaga desvela claramente los escasísimos recursos con los que contaba la Hermandad y los esfuerzos de aquellos cofrades: «El crepúsculo de la tarde se va extendiendo por la ciudad. En el gran patio de la Iglesia de Santo Domingo, la Cofradía del Rescate trabaja con ahínco terminando los preparativos para sacar procesionalmente a su sagrado titular. ¡Qué desvelos y trabajos! Tampoco este año le acompañó la suerte y, sin embargo, corona, como otras hermandades más numerosas y de más recursos, el fin que se propuso. Nuestro Padre Jesús del Rescate va a ser llevado, en su trono, a hombros quizá de los mismos hermanos«.

Este mismo año, el 28 de mayo de 1926, Gregorio Cruz Gómez formaría nueva junta de gobierno para la Hermandad del Rescate. Sus esfuerzos se centrarían en el adecentamiento de la capilla situada en la nave izquierda de la parroquia. En el antiguo camarín se coloraron nuevas tallas con ángeles y las columnas de mármol con remate de tallas; en el altar figura el Santo Rostro y la gran cruz del Trinitario. Todo ello con un costo de 14.500 pesetas.

Paso del Rescate por la tribuna principal, 1927.

A principios de 1927 se reestructura la junta de gobierno. Sus esfuerzos se centraron en preparar las importantes innovaciones para la Semana Santa, tales como la incorporación de una talla de Judas Iscariote, un soldado romano y un sayón, atribuidas al escultor valenciano Pío Mollar Franch, que acompañarían a Jesús del Rescate; cien penitentes que vestirán túnicas azules y capirotes granas portando hachones de acetileno, llevando los cargos capas blancas con vueltas de raso granate y escapulario con la cruz trinitaria. Las inclemencias del tiempo hicieron que saliera el Miércoles Santo 13 de abril junto con la Cofradía de la Humillación con el siguiente orden procesional: Guardia Municipal montada, banda de cornetas y tambores del Regimiento Álava 56, cruz guía bajo maza, dos bocinas y dos bastones fijos, cien nazarenos divididos en diez secciones. Estandarte bajo maza, dos bocinas y dos bastones fijos. Trono, cuyo mayordomo fue Gregorio Cruz Gómez, presidencia y cerrando marcha la banda de cornetas y tambores de los Exploradores [La Unión de Málaga, 11 de abril de 1927]. Causó «muy buena impresión las reformas de esta Hermandad en su deseo de hacer algo todos los años dentro de sus medios«. Los hermanos responsables del buen funcionamiento de la procesión fueron los siguientes: Mayordomo cabeza de procesión, Manuel Bernal Chicón. Campanillero de cabeza, Manuel Salas Suárez. Mayordomo fijo de cabeza, José de la Torre Cervantes. Campanillero de la primera sección, Sebastián Ortiz Recio. Mayordomos fijos de la primera sección, José Torres Marín y Ricardo Vilches. Mayordomo de la segunda sección, José Fernández Asensio y Rafael Torres. Campanillero de la tercera sección, Enrique Palomo. Mayordomos fijos de la tercera sección, Francisco Poyato y Tomás Ruiz. Mayordomos fijos de la cuarta sección, Jesús Serrano y Francisco Macias Bernal. Mayordomos ambulantes, Francisco Campos y José Quesada Mateos. Mayordomo general ambulante, José Ron Rubio. Mayordomo de trono, Gregario Cruz Gómez.

A pesar de todos los esfuerzos realizados y de una aparente normalidad externa, lo cierto es que sus dificultades económicas continuaban, quizás por querer abarcar más de lo que sus recursos económicos le permitían. La Agrupación de Cofradías acordó adelantar a las Cofradías de la Columna, del Rescate y de la Humillación el importe de las bandas, por no tener recursos para ello, a cuenta de la subvención para el próximo año [5].

Quinario a Jesús del Rescate. El Cronista, 26 de febrero de 1928.

Durante los días 22 al 26 de febrero de 1928 se organiza un quinario a Jesús del Rescate en su sede parroquial de Santo Domingo. Pero la noticia más importante fue que el Rey Alfonso XII concedió el título de Real Cofradía a la Hermandad del Rescate [DÍAZ SERRANO, J.: La Unión Mercantil, 8 de marzo de 1928], al tiempo que la Infanta Beatriz aceptó el cargo de Hermana Mayor Honoraria, lo que sin duda supuso un buen espaldarazo a esta junta de gobierno que, sin nadie que sufragara sus novedades anuales como ocurría con otras hermandades, intentaba poner a la Hermandad a la altura que antes disfrutaba dentro de la Semana Santa. 

Un éxito grande ha obtenido ahora esta Hermandad, que la eleva y enaltece en un grado máximo, cual es el de haber aceptado la Infanta doña Beatriz, hija de nuestros Monarcas, el cargo de Hermana Mayor Honoraria de la Cofradía, dando con ello una prueba fehaciente de su catolicismo, de su gentileza y de su amor a Málaga. Su Alteza tan pronto como conoció el deseo de la Hermandad del Rescate, se dignó acceder a su solicitud, con cuyo motivo tan fervorosa congregación está recibiendo muchos elogios y parabienes. La Cofradía que nos ocupa quiere hacer constar públicamente su profunda gratitud a la Infanta doña Beatriz por el honor que le ha dispensado y nosotros nos complacemos en exteriorizarla desde las columnas de este periódico.

Efectivamente, durante los meses de febrero y marzo de 1928 la Reina Doña Victoria realizó una visita a Málaga acompañada de sus hijos doña Beatriz, doña Cristina y don Jaime. El 27 de febrero de 1928 la Reina Victoria asistió a una solemne misa que en su honor se celebró en Santo Domingo organizada por la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte; a las diez y media de ese mismo día se celebraba la función principal del triduo a Jesús del Rescate y donde posiblemente se le ofreciera a la infanta Beatriz dicho nombramiento. 

El ímpetu que caracterizó a esta junta de gobierno se plasmó en la reforma del trono de Jesús del Rescate para el Martes Santo 3 de abril de 1928. Los viejos paños frontales y laterales fueron sustituidos por nuevas tallas doradas, se colocó el escudo de Málaga en el frontal y atributos de la Hermandad en los laterales y en la cara posterior emblemas de la Pasión; se aumentaron las luces hasta 250. La imagen del Señor está acompañada de Judas después de haber vendido a Jesús y dos sayones; un olivo recuerda el lugar de los hechos. Además se estrenaron cuatro bocinas de metal plateado con paños de terciopelo carmesí con el escudo de la Cofradía en el centro bordado en oro [La Unión de Málaga, 2 de abril de 1928]. Debido a este gran esfuerzo se comenta que es «digna del mayor encomio la gestión de la Directiva de la Hermandad del Rescate, que sin medios de fortuna y con sólo su trabajo perseverante ha logrado honrarla del modo que ya dejamos expuesto –enumeración del trabajo, noticias e innovaciones-, y aumentar el número y la riqueza de sus efectos procesionales».

La Hermandad del Rescate solicita presencia del alcalde en la procesión de 1928.

En el desfile procesional, terminado sobre las cinco de la madrugada, participaron la banda de cornetas y tambores del Regimiento Bordón 17 y cerrando la comitiva la banda de cornetas y tambores del colegio de los Salesianos de Málaga [El Cronista y Diario de Málaga, 4 de abril de 1928]. Del periódico La Unión de Málaga del Martes Santo de 1928 conocemos que los cargos de la procesión fueron Gregorio Cruz Gómez mayordomo de trono; mayordomos ambulantes, Jesús Serrano Aguilar y Francisco Campos Ruiz; mayordomo cabeza de procesión, Tomás Ruiz Soler; campanillero de trono, José Bonilla Ordóñez; campanilleros de sección, Enrique Palomo Millán, Luis Pantoja Ochoa y Salvador Alemán Barroso; los mayordomos fijos fueron Antonio Martín Burrina, Jerónimo Jiménez Villanueva, José Palma Fernández y José de la Torre Fernández. Se cursa escrito al alcalde, Enrique Cano Ortega, y a la corporación para que formen parte de la presidencia de la procesión, además de solicitar el envío de fuerzas que garanticen la seguridad de la procesión [A.M.M., Leg.3588-2ªcaja, 27 de marzo de 1928]. Finalmente, en la presidencia acudieron el concejal Ricardo Jaén; Bernardo Rodríguez, en representación del gobernador militar; Antonio Ramón Vila y José Campaña, curas propios. «Durante el desfile no ocurrió el menor incidente, oyéndose sentidas saetas en distintos lugares del itinerario» [La Unión de Málaga, 4 de abril de 1928].

Jesús del Rescate en la Alameda, 1929.

Después de la Semana Santa debieron surgir importantes problemas, sin que sepamos su naturaleza con exactitud, que producen la destitución en bloque de toda la junta de gobierno por parte del Obispado. Efectivamente, «la Presidencia –de la Agrupación de Cofradías– da cuenta de un oficio del Sr. Cura Párroco de Santo Domingo por el que comunica la destitución por el Obispado de la Directiva de la Cofradía de N. P. Jesús del Rescate» [6]. Y esto parecía ser la puntilla definitiva a la existencia de la Hermandad del Rescate.

Carta a los hermanos, enrede 1929. Junta de gobierno.

A pesar de todo, favorecido por el interés y la insistencia del cura párroco de Santo Domingo, don José Campaña, en el mes de diciembre de 1928 se celebró cabildo de hermanos con la finalidad de elegir la nueva junta de gobierno que sacase a la Hermandad del Rescate de la situación de parálisis casi total en la que se encontraba. Rafael Arana Lozano toma las riendas de la Hermandad, y su primera gestión se encamina a conseguir una buena cantidad de hermanos que respaldasen las actividades de esta recién estrenada junta de gobierno. Aprovechando las fechas navideñas se envía una carta a los hermanos para comunicar sus intenciones: «Varios meses han transcurrido, en los que paralizada nuestra querida Hermandad, parecía que no por más tiempo habría de subsistir, restando la debida gloria y culto a nuestro venerable Titular y mermando la fastuosidad de nuestra incomparable Semana Santa. No ha sido así, pues en el seno de la Hermandad, existían y existen elementos fervorosos y entusiastas, que llegado el momento han sabido afrontar dificultades y constituir nueva Junta de Gobierno, que en lo sucesivo reorganizará la Hermandad y procurará engrandecerla para con su gestión acertada rendir justo tributo de cariño y devoción de los malagueños. Siendo esta la primera gestión que inicia su labor la nueva Junta de Gobierno, ella espera confiada de su cariño y devoción demostrados por esta Hermandad, que suscriba el boletín de inscripción adjunto y se haga hermano de esta Hermandad«. 

El domingo 17 de febrero de 1929 los hermanos del Rescate organizaron en la Parroquia de Santo Domingo una misa cantada en honor de Nuestro Padre Jesús del Rescate. “Modesto fue el acto para los justos merecimientos que por su tradición corresponden a esta venerada Imagen, pero la escasez de medios de que dispone la Hermandad, y la reciente organización de la Cofradía no ha permitido celebrar la función con mayor brillantez. Sin embargo sus devotos y entusiastas cofrades han querido cumplir así lo que disponen sus Estatutos y no olvidar el culto debido a su Titular”.

Nueva junta de gobierno 1929. El Cronista, 26 de mayo de 1929.

Seguramente esta petición a los hermanos no tendría demasiada repercusión entre sus destinatarios porque en febrero de 1929 se solicita ayuda a la Agrupación de Cofradías: «Se da lectura a un oficio del Sr. Cura Párroco de la Iglesia de Santo Domingo por el que comunica haber sido elegida nueva Junta de la Hermandad del Rescate que ha tomado posesión en sustitución de la anteriormente disuelta por el Obispado. La Presidencia felicita a la Cofradía del Rescate que vuelve a tener estado legal y se congratula de ello, ya que de esta forma no se restará una procesión la próxima Semana Santa. El Sr. Morales agradece las frases de la Presidencia y pide a la Agrupación apoyo para conseguir del Ilmo. Sr. Obispo autorización para salir procesionalmente en la próxima Semana Santa, que les ha sido negada. La Presidencia se ofrece a la Cofradía para visitar al Sr. Provisor y agrega prestarle ayuda a los nuevos cofrades del Rescate para que puedan desfilar procesionalmente en el presente año«.

Para salir el Martes Santo 26 de marzo de 1929, una vez más, se realizaron enormes esfuerzos. A pesar de todo fue objeto de grandes alabanzas su orden y vistosidad, recogiéndose después de las tres y media de la madrugada sin que se hubiese registrado el más mínimo incidente. Los bastoneros y campanilleros lucieron túnicas azules y capirotes granas ostentando sobre el pecho escapularios con la cruz trinitaria.

Salió la procesión a las 9 de la noche y recorriendo las calles de Pasillo de Santo Domingo, Puente de Tetuán, Alameda (centro), Acera de la Marina, Marqués de Larios, Plaza de la Constitución, Granada, Plaza de Riego, Álamos, Torrijos, Puerta Nueva, Pasillo Santa Isabel, Arriola, Atarazanas, Puerta del Mar, Bergamín (Nueva), Plaza de la Constitución, Marqués de Larios, Alameda, Puente Tetuán, Cuarteles, Plaza Toros Vieja, Ancha del Carmen, Pasillo Santa Isabel, llegando a su templo sobre las tres de la madrugada.

Los cargos procesionales fueron desempeñados por Enrique Palomo, mayordomo general; José Bonilla, mayordomo de trono; Francisco Morales, mayordomo de cabeza de procesión; José Gutiérrez, Jerónimo Jiménez y Antonio Vera, bastoneros ambulantes; Antonio Díaz, José Sánchez, Francisco Torremocha y José Palacios, campanilleros; y Alberto Menéndez, Francisco Arana y Manuel Salas, bastoneros fijos.

Formaban en la presidencia “el concejal señor Arrabal, en representación del alcalde; el comandante de la Guardia Civil don Benito de Haro, en representación del Gobernador Militar; el oficial de la Cruz Roja don Agustín Ledesma, el Párroco de Santo Domingo señor Campaña y el Hermano Mayor señor Arana Lozano”.

A pesar de la debilidad orgánica de la Hermandad del Rescate se aprecian esfuerzos por mantenerla viva y hacerse presente en los acontecimientos religiosos importantes. Por un lado, el hermano mayor Rafael Arana representa a la Hermandad del Rescate en la procesión del Resucitado y en la de Impedidos que se organizaba con brillantez y solemnidad en la Iglesia de Santo Domingo. Por otro lado, Rafael Arana recibe de nuevo la confianza de los hermanos para regir los destinos de la Hermandad en la junta general celebrada el 19 de mayo de 1929.

Hacia una desaparición momentánea

La Unión Mercantil, 30 de marzo de 1930.

La Hermandad del Rescate afronta los años treinta en una situación de manifiesta debilidad e inestabilidad. No obstante, se organiza una misa cantada a cargo de la orquesta de la capilla de la Sacramental de San Pablo para dar culto a su Titular.

Todo parecía indicar que se podría procesionar a Jesús del Rescate el próximo Martes Santo. Así lo anunciaba la revista «La Pasión» de 1930. Pero, los problemas con el Obispado persistían y se comunica a la Agrupación de Cofradías que «por habérselo prohibido el señor Obispo, no efectuarían el próximo Martes Santo el desfile procesional de su sagrado Titular». Desconocemos los motivos exactos por los cuales la Hermandad del Rescate no salió en procesión.

A pesar de la adversidad se intenta una vez más. Después de estar casi todo el año 1930 sin representación en la Agrupación de Cofradías, el 25 de noviembre de 1930 se «lee un oficio de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate, dando cuenta del nombramiento de delegados y de la elección de nuevo Hermano Mayor acordado en la persona de Don Juan Romero Cabrera. Se dio lectura al acuerdo del Comité Ejecutivo y la Asamblea acordó de conformidad con éste proceder a la inscripción correspondiente. El Presidente dio la bienvenida al nuevo Hermano Mayor de la Cofradía del Rescate como asimismo a los nuevos Delegados de las Cofradías presentes«. Efectivamente, este fue el último intento de revitalizarla a pesar de los esfuerzos de la propia Agrupación de Cofradías. «A propuesta de la Presidencia se acordó oficiar a las Cofradías que no concurren a esta sesión el acuerdo que al disponer la organización de las procesiones, revoca el anterior que determinara la suspensión de las mismas, así como que se envíe un comunicado a la prensa en este sentido. El Señor Sánchez Pérez propuso que la Agrupación invite a la Cofradía del Sagrado Descendimiento para que se modifique su acuerdo y organice su procesión, aunque para ello sea necesaria la ayuda de la Entidad. El Presidente hizo notar que en este caso la Agrupación tendría que hacer lo propio con las Cofradías de Cena y Rescate y esto sentaría precedente en perjuicio del estímulo que debe hacerse a las Cofradías modestas para que progresen. El Sr. Navarro se ofreció para hacer gestiones cerca de estos Hermanos Mayores para hacer variar de criterio a estas Cofradías. A propuesta de la Presidencia se acordó que una Comisión compuesta de los Srs. Navarro, Sánchez Pérez y Kluft realice estas gestiones y traiga la solución. A pesar de los esfuerzos, en 1931 la Hermandad del Rescate no puede organizar su procesión y pierde una subvención de 500 pesetas para sufragar las bandas.

Mientras tanto, las crispaciones políticas y las agitaciones sociales que se produjeron durante la «dictablanda» del general Berenguer (de enero de 1930 hasta abril de 1931) llegaron a su punto culminante en mayo de 1931, pocos días después de la proclamación de la II República (14 de abril). Numerosas iglesias y conventos fueron saqueados, arrasados y quemados, y con ello la mayor parte del patrimonio de las cofradías y hermandades malagueñas. En la Parroquia de Santo Domingo, la primera capilla de la parte izquierda de la nave, pertenecía a Jesús del Rescate. «En su otra nave izquierda, se encontraban las capillas de Jesús Crucificado, el altar con retablo dorado de Jesús de la Columna, Sagrado Prendimiento, Jesús del Rescate, Santo Domingo de Guzmán y Santa Rosa… En esta Parroquia, una de las más antiguas y valiosas por los artísticos tesoros que encerraba y que ha quedado totalmente destruida, existían las Hermandades del Paso y la Esperanza, Cristo de Mena, Jesús del Rescate, Sagrado Prendimiento y Humillación, así como las más variadas Congregaciones Piadosas».

esús del Rescate, probablemente en la sacristía de Santo Domingo. Años 20 del siglo XX. Fuente: La Saeta de Otoño, 2010.

En una copia simple de un acta de requerimiento notarial, con fecha de 16 de junio de 1931, efectuada por el párroco de Santo Domingo, José Compaña Herrero, al notario del Ilustre Colegio de Granada Francisco Villarejo y González, se relata las impresiones de una inspección ocular realizada a dicha iglesia pocos días después de los gravísimos sucesos: «… habiéndose consumido en el incendio además del Altar Mayor, su retablo y manifestados, los de la Virgen de Belén, San José, Santo Domingo de Guzmán, Santo Cristo de Cabrillas, Señor del Prendimiento, Cristo del Rescate, Santo Cristo de Mena, Virgen del Pozo, Santa Rosa, Señor de la Columna, Jesús de la Humillación, Santa Inés, Beato Posadas, Sagrado Corazón de Jesús, Señor de la Humildad, Virgen del Rosario… quemaron todas las riquezas de ornamentos y vasos sagrados de la Iglesia, todo cuanto tenían en sus almacenes de la Iglesia las Hermandades que en ella conservaban su riqueza artística en mantos, plata, candelabros, etc.«. También hemos encontrado un documento en el que José López del Castillo, Secretario del Juzgado de Instrucción del distrito de Santo Domingo, certifica la veracidad de otro documento referente a la relación de daños ocasionados en los sucesos del 11 de mayo. En el mismo se valora el retablo y el altar del Santo Cristo del Rescate en 4.000 pesetas y la imagen del Santo Cristo del Rescate, «de regular mérito artístico, pero de grandísima antigüedad (cuatro siglos)«, en 18.000 pesetas. Esta valoración se aproxima a la realizada por la propia Agrupación de Cofradías, que la cifró en 27.500 pesetas, según una comisión encargada de evaluar las pérdidas de las Hermandades y cofradías en dichos sucesos. En lo que ya no estamos tan seguro es en lo de catalogar a la imagen del Rescate desaparecida «de grandísima antigüedad«, pues ni la Hermandad del Rescate tenía esa antigüedad (so pena de que se tratase de otra imagen más antigua rebautizada con la advocación del Rescate, cosa que creemos poco probable) y porque es muy probable que en los avatares históricos sufridos por esta Hermandad cambiase de imagen en alguna ocasión.

Después de estos acontecimientos, en la sesión de junta de gobierno del 14 de agosto de 1931 de la Agrupación de Cofradías se da lectura a la disolución definitiva -momentánea- de la Hermandad del Rescate: «Se acordó quedar enterado de la carta suscrita por el Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate comunicando haber quedado deshecha con motivo de los últimos sucesos«.

Estos incomprensibles sucesos pusieron fin a la existencia momentánea de la Hermandad del Rescate, donde sin faltar la fe y la devoción por una antigua tradición, no encontraban los medios materiales necesarios para estabilizarse e ir progresando, y todo esto a pesar de la ayuda que encontró en la Agrupación de Cofradías, sin la cual seguramente hubiera desaparecido años antes. Esto podría considerarse por entonces como el fin devocional hacia una de las imágenes de más fervor popular en la historia de la religiosidad malagueña (y, sin embargo, «continuada en nuestros días por la hábilmente trastocada advocación del Cristo de Medinaceli»). En definitiva, la Hermandad del Rescate parecía avocada definitivamente a engrosar la lista de las cofradías y hermandades perdidas para siempre… pero, de nuevo resurgió.

J.M.L.J., 2021

 

NOTAS:

[1] CLAVIJO GARCIA, A.: La Semana Santa malagueña en su iconografía desaparecida, Arguval, Tomo I y II, Málaga, 1986, T. I, pág. 147.

[2] BENÍTEZ FERRATER, J.: Guía de Málaga para 1925, Tipografía Enrique Montes, Málaga, 1925. Este autor indica que «los bastoneros y campanilleros lucían túnicas azules y capirotes granas, ostentando sobre el pecho escapularios con la Cruz Trinitaria«. 

[3] A.A.C.M., Libro de Actas de juntas de gobierno, sesión del 27 de marzo de 1926. La Presidencia pregunta al Sr. Cruz si la Cofradía del Rescate está dispuesta a facilitar su trono para dicha procesión -el Resucitado-. El Sr. Cruz contesta diciendo que la Cofradía que representa facilita con gusto el trono, rogando que se cuide. Acordándose conste en acta el agradecimiento de la Agrupación hacia la Cofradía del Rescate por su atención.

[4] CLAVIJO GARCIA, A.: op. cit., pág. 149.

[5] A.A.C.M., Libro de Actas de junta de gobierno, sesión del 1 de junio de 1927.

[6] A.A.C.M., Libro de Actas de junta de gobierno, sesión del 16 de agosto de 1928.